cuando la presión me puede.
Y no, el amor no ataca de nuevo, ataca la envidia, la falsedad, la cobardía.
No soy envidiosa, no soy falsa y mucho menos cobarde. Parece que tienen envidia, hablan de mi y me tienen miedo.
Mi paciencia es como un chicle.. se estira hasta cierto punto, ahí rompe.
Será entonces cuando libere mi rabia, mis nervios. Cuando me quite el peso y la presión de encima. Ahí os daré razones para tener miedo y para decir lo que decís de mi.
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